El año pasado nos ayudasteis a elegir siete carreteras singulares dentro del Camino del Cid. Para la selección tuvimos en cuenta una serie de criterios que creíamos importantes. Uno de ellos es el tráfico: buena parte de nuestras carreteras, en su mayoría secundarias, apenas tienen tráfico, lo que las hace ideales para el cicloturismo. No todas las carreteras elegidas cumplen esta condición, aunque sí la mayoría.
Por supuesto, se tuvo en cuenta el atractivo del paisaje que las rodea pero también la riqueza de los espacios naturales que atraviesan, no siempre perceptible a simple vista. Otros elementos «invisibles» que pueden hacer singular una carretera, y más aún en el Camino del Cid, es su pasado: a veces atravesamos sin saberlo territorios históricos; esa historia forma parte de la riqueza de esos lugares igual que su geología, su flora o su fauna. Por este mismo motivo tuvimos en cuenta la presencia de ejemplos brillantes de patrimonio histórico-artístico.
Por último, valoramos la «morfología» de las carreteras: su atractivo intrínseco, y también otras características pensando en los cicloturistas y en el placer de pedalear. En conjunto, son una invitación a olvidarse de los planes fijos y los horarios programados (en ocasiones nefastos compañeros de viaje), una invitación a detenerse, contemplar, descubrir y disfrutar.
Como veréis, nos decantamos por tramos cortos, muy significativos, de entre cuatro y quince kilómetros. ¡Esperamos que, después de recorrerlos, estéis de acuerdo con nosotros!.
Románico, gargantas calizas, buitres y sabinas:
BU 911 entre Santo Domingo de Silos y Espinosa de Cervera (10 km). Burgos
La carretera parte del mismo pueblo de Santo Domingo de Silos, en cuyo monasterio se encuentra su claustro románico mundialmente reconocido, y atraviesa el espacio natural de los Sabinares del Arlanza con parada en La Yecla, una estrecha garganta caliza amparada por altos paredones donde anidan un buen número de rapaces. El tramo finaliza, tras una suave bajada, en Espinosa de Cervera, un pequeño pueblecito que cuenta con un bonito ejemplo de románico rural. Tiene buen firme y poco tráfico.
Pedalea a la sombra del Cid por una ruta legendaria:
SO 4228 y SO 4126 entre Navapalos y Gormaz (15 km). Soria
Resulta muy emocionante atravesar el Duero junto a Navapalos y toparse con este pequeño pueblo, tan ligado al Cantar, vigilado por una solitaria atalaya islámica. Lo abandonamos para encarar un corto pero divertido puertecito con vistas estupendas a la vega del río Duero (espacio natural protegido), adonde llegamos tras un descenso para vislumbrar entre las copas de álamos, fresnos y sauces, la gran fortaleza califal de Gormaz y la ermita románica de San Miguel. Recomendadísimas las vistas desde el castillo. Tiene muy poco tráfico. Una gozada. Los cicloturistas sudarán un poco pero disfrutarán de lo lindo.
Naturaleza en el Alto Tajo, alucinaciones en piedra:
GU 958 entre Ventosa y Torete (10 km). Guadalajara
Esta sencilla carretera provincial discurre junto al río Gallo por un paraje apacible, en pleno Parque Natural del Alto Tajo. Resulta muy agradable para el cicloturista que sale desde Molina de Aragón, ya que si bien es estrecha y parcheada, apenas tiene tráfico entre semana y su perfil es plano, en ligero descenso. A su paso se detiene en el Santuario gótico – renacentista de la Virgen de la Hoz, custodiado por altos y llamativos farallones producto de la erosión que en ocasiones crea extrañas «alucinaciones» de piedra.
Un descenso a 500 millones de años «de profundidad»:
Carretera entre Villafeliche y Murero (4 km). Zaragoza
A 4 km de Villafeliche en dirección a Daroca por la N 234 encontrarás un desvío a la derecha que conduce a Murero por una de las carreteras más singulares del Camino del Cid. En descenso y atravesando un pinar nos topamos con un inusual museo al aire libre: el barranco de Valdemiedes, un yacimiento del Cámbrico (hace 500 millones de años) cuyos «tatuajes» fosilizados en la piedra desvelan la vida de aquel periodo geológico. Sin tráfico.
Naturaleza salvaje en Teruel, los ríos de piedra:
A 1512 entre Orihuela del Tremedal y Bronchales (15 km). Teruel
Esta carretera discurre por el espacio natural de los Tremedales de Orihuela. Parte de Orihuela del Tremedal en dirección a Griegos y Noguera de Albarracín para luego desviarse hacia Bronchales por un camino asfaltado. Se trata de un repecho continuo por un bosque denso de pinos y rebollos donde puedes ver tremedales (turberas) y los famosos ríos de piedra. Una gozada de carretera con escaso tráfico y muy atractiva para los cicloturistas, aunque el ascenso continuado hará sudar a más de uno.
Rutas de agua, los farallones y estrechos del Mijares:
CV 20 entre Puebla de Arenoso y Montanejos (10 km). Castellón
Se trata de una de las carreteras más conocidas y visitadas del Camino del Cid y la primera carretera panorámica catalogada por la Comunidad Valenciana. La carretera, en pleno espacio natural de los Estrechos del Río Mijares, acompaña en su descenso al río Mijares, que se ensancha en el embalse del Arenós y vuelve a estrecharse cerca de Montanejos, en un atractivo paraje propicio a la escalada libre y al baño al aire libre en aguas termales. Aunque es una ruta frecuentada por cicloturistas es importante extremar la precaución en época estival ya que aumenta considerablemente el tráfico.
Atravesando la Sierra de Mariola, sólo para valientes
CV 81 entre Ontinyent y Bocairent (7 km). Valencia
Esta carretera une dos poblaciones singulares del Camino del Cid en la provincia de Valencia, ambas con importantes conjuntos histórico-artísticos: Ontinyent y Bocairent, y lo hace por una carretera siempre en ascenso que atraviesa la Sierra de Mariola, un valioso y rico ecosistema donde abundan los bosques mixtos de quejigo. El paisaje es muy atractivo, un motivo más por el que es frecuentada por ciclistas, aunque es muy exigente para el cicloturista. Si bien el firme es muy bueno y dispone de arcén hay que extremar las precauciones pues tiene mucho tráfico.
