Azores, una aventura por descubrir

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Cuando uno llega a las Azores, percibe el latir más tangible de una naturaleza viva, exultante, en constante transformación, que contrasta con la placidez de sus gentes y con la infinita quietud de sus días.

Las Azores, se encuentran ubicadas a 1.400 kilómetros de Portugal y a 3.900 de Norteamérica, podrían considerarse por su situación geográfica como el extremo de la vieja Europa en pleno océano Atlántico. Y aunque sólo las separan de la Península Ibérica dos horas de avión, es el destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura, huyendo de playas abarrotadas de gente y de las viejas capitales culturales.

La naturaleza volcánica de las Azores, originada como consecuencia de escapes de magma hace millones de años, marca indefectiblemente el paisaje del archipiélago. Sin embargo, los pequeños desiertos de lava que cubren algunas zonas, conviven con verdes llanuras cubiertas de viñedos, sorprendentes acantilados y bellas lagunas escondidas entre las rocas. La frondosidad de su vegetación, y el colorido de sus pequeños pueblos costeros, rompen continuamente la monotonía visual del que se atreve a explorar esta tierra mágica.

El archipiélago de las Azores está formado por nueve islas, distribuidas en tres grupos. En la zona oriental se encuentran São Miguel, que es la isla mayor y la pequeña isla de Santa María. En el centro se sitúan las islas de Terceira, Graciosa, São Jorge, Faial y Pico, y en el lado occidental y más alejado lo componen Flores y Corvo.

Aunque las Azores no se encuentran muy alejados de la península, son muchos los que todavía no sitúan a este archipiélago, pertenece a Portugal y está ubicado en medio del Atlántico con vuelos directos a la península y América, todo un edén desconocido para la mayoría, y un reclamo para quienes buscan explorar, lugares naturales de exuberante belleza y colores casi irreales.

Nuestra aventura en bicicleta y trekking, la realizamos por cuatro de las islas centrales; Terceira, São Jorge, Pico y Faial.  La mejor manera de poder disfrutar de este maravilloso archipiélago, es descubrirlo junto a expertos de montaña y nativos del lugar, donde nos harán resurgir nuestro espíritu más aventurero, al mismo tiempo que aprenderemos de la diversidad de fauna y flora que encontraremos a nuestro paso.

TERCEIRA

Angra do Heroísmo es la capital de la isla de Terceira, una hermosa ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la UNESCO. Tres años antes, el 1 de enero de 1980 la isla recibió un movimiento sísmico de tan solo 11 segundos, pero lo suficiente como para que fallecieran una setentena de habitantes, otros millares se quedaron sin viviendas y edificios históricos acabaran derruidos. Hoy en día esta población ya recuperada, se ha convertido en una de las ciudades más hermosas de las Azores, de pintorescas casas pintadas de vivos colores, entre adoquinadas calles, por donde sobresalen imponentes templos religiosos.

Angra do Heroísmo

Durante nuestra estancia en la isla, pudimos descubrir algunas de las joyas arquitectónicas que guarda la ciudad, entre las que se encuentran, la catedral situada en la calle principal, de estilo colonial y reconstruida después del terremoto, el convento de San Francisco donde se encuentra también el museo de la isla, o el fuerte de San Sebastián, situado en lo alto de una colina cerca del puerto.

Después de un poco de historia y admirar la arquitectura de la capital, nos dirigimos a descubrir las joyas naturales que la isla nos tenía reservados.

Nuestra ruta ciclista empezó desde el centro de la isla, realizando recorridos con desniveles de hasta 500 metros, y haciendo diversas paradas para conocer algunas de las maravillas naturales que ofrece Terceira. Pudimos conocer Las Furnas do Enxofre, fumarolas que resurgen del interior de la tierra, y que es la prueba del origen volcánico de esta isla, por un momento dejamos aparcada nuestra bicicleta, para recorrer a pie un pequeño sendero donde nos condujo a un mirador, para contemplar el espectáculo de una naturaleza única.

Algar do Carvão

Siguiendo la ruta en bicicleta, la siguiente parada, fue Algar do Carvão, donde pudimos descender caminando hasta el interior de este volcán, clasificado junto con Las Furnas do Enxofre como “Monumento Nacional Regional”, toda una impresionante belleza natural que, desde el primer momento, cautiva al visitante y emborracha nuestras retinas, a cada metro que nos vamos adentrando en esta cavidad volcánica.

Después de hacer las fotos de rigor y disfrutar de una experiencia única visitando el Algar do Carvão, seguimos nuestra ruta hasta la zona este de la isla, para llegar a la costa y bordearla hasta llegar a la ciudad de Angra Do Heroismo.

La ruta de trekking en Terceira, se realizó en la parte norte de la isla, pasando por un fascinante paisaje moldeado por viñedos, que se extienden hasta casi a orillas del mar, siguiendo caminos que se sumergen entre frondosos bosques y por donde bordean la costa, hasta poder llegar a Ponta dos Biscoitos, un capricho de la naturaleza, donde el hombre aprovechado las diferentes formas volcánicas, para hacer de él uno de los lugares más visitados en época estival, y disfrutar de sus improvisadas piscinas naturales abiertas al Atlántico.

SÃO JORGE

Nuestra siguiente parada, fue , y aunque todas las islas disponen de un pequeño aeropuerto donde se comunican entre ellas, nosotros realizamos el trayecto en una embarcación privada, donde subimos abordo junto a nuestras bicicletas, de esta manera también disfrutamos de un relajante viaje, en el que incluso avistamos algunos delfines que nos acompañaron buena parte del viaje.

Cascada en São Jorge

São Jorge se la podría apodar como la isla de las cascadas, y es que llegar en barco hasta ella se entiende el porqué, multitud de saltos de agua rodean esta isla de alrededor de 55Km de largo por 7Km de ancho, entre impresionantes acantilados que asoman verticalmente del mar, rodeando parte de su costa, entre verdes llanuras coronando estos rascacielos rocosos.

En la isla hay dos principales poblaciones, la mayor es Velas y le sigue Calheta, en ambas localidades se ubican los puertos más accesibles al mar. Nosotros accedemos a la isla desde el puerto de Calheta. Después de pisar tierra, desembarcar nuestras bicicletas y equipaje, nos dirigimos antes de empezar nuestra ruta por la exuberante naturaleza de la isla, a conocer la única plantación de café de todo el archipiélago, y de las pocas en toda Europa, situada en la Faja dos Vîmes. Se le denomina Faja a las pequeñas planicies costeras de tierra volcánica, lo suficientemente fértil como para obtener diferentes cultivos.

El Café Nunes, se cultiva en esta parte de la isla y es tan conocida, que son muchos los forasteros que vienen de otros rincones del Atlántico para probarlo. Tiene un sabor intenso y un aroma robusto, que tras varias generaciones se sigue produciendo totalmente artesanal, eligiendo uno a uno el mejor grano para este gran café.

Después de una degustación y visita a los alrededores, nos dirigimos a explorar el interior de la isla, realizando un trekking por la zona norte, entre la Serra do Topo y la Fajã de Santo Cristo, desde donde una vez más pudimos admirar una de tantas cascadas que ofrece el lugar, entre caminos empedrados rodeados de extensos campos verdes, y espectaculares vistas al océano.

Ruta bicicleta

El norte de la isla, principalmente en la zona de la Reserva Natural de Fajã da Caldeira de Santo Cristo, es conocido por los aficionados al surf, y en este punto nos alojamos en una casa rural, disfrutando de uno de los lugares más remotos y tranquilos que habíamos conocido de las Azores. Desde esta zona sale una ruta que bordea la costa noroeste, entre un pequeño camino de tierra resguardado por barandal de madera, que hace de improvisado mirador hacia la costa, y que la belleza del recorrido no nos deja indiferentes.

No podíamos despedirnos de São Jorge, sin realizar una ruta en bicicleta, por lo que disfrutamos realizándola hasta la Ponta dos Rosais, en la parte más oeste de la isla, donde nos deleitarnos con la fabulosa vista de la montaña de Pico, el cual sería nuestro siguiente destino.

 

 

Por último, llegamos a Velas para coger el ferry que conecta con otras islas del archipiélago, y del que en poco más de media hora hace parada en la isla de Pico.

PICO

La isla de Pico esta coronada por la montaña del mismo nombre, la cual con sus 2.351 metros es la más alta de Portugal. Este macizo es realmente un volcán inactivo que nace del océano, fruto de los orígenes volcánicos del archipiélago, hoy en día subir hasta la cumbre se ha convertido en todo un reto para cualquier senderista, con desniveles de más de 1000 metros, y con increíbles vistas desde su cima que se elevan hasta rozar las nubes.

Nuestro primer día en la isla, lo estrenamos con una espectacular ruta en bicicleta desde la zona noreste cerca de la población de Madalena, realizando un recorrido de poco más de 20Km, entre caminos rodeados de pequeños muros de roca volcánica, en el que resguardan viñedos donde se cultiva la uva para producir una variedad de vinos, muy apreciados en las Azores.

 

Nuestra ruta prosigue por la costa, pasando por increíbles rincones como Cachorro, una pequeña aldea de casas de roca negra, decoradas con flores, puertas y ventanas de vivos colores, también pasamos por Ponta Negra, un rincón donde en días de viento, la furia del Atlántico contra la costa bañada de roca volcánica, se convierte en un inquietante pero increíble espectáculo. Finalmente llegamos hasta la pequeña población costera de São Roque do Pico, aquí se puede encontrar todavía señas de la tradición ballenera que mantuvo durante muchos años la isla, y de la que hoy se ha recuperado de una manera más pacífica, mostrando su historia en el Museo do Baleiros. En este punto nuestra ruta ciclista llega a su fin, despidiéndonos de nuestras bicicletas, para descansar de lo que será la ruta que tanto hemos esperado, y tantas imágenes en la distancia hemos podido contemplar, ascender hasta la cumbre de Pico.

MONTAÑA DE PICO

Al día siguiente bien temprano y con cierta euforia, subimos a los vehículos y empezamos el recorrido hasta el inicio de la ruta de Pico. Mientras avanzábamos por la carretera, la niebla se hacía presente cada vez más intensa, calando una cierta preocupación a media que avanzábamos.

Antes de subir a Pico, hay que pasar por “A Casa da Montanha” (La casa de la montaña), es un lugar de parada obligada justo antes de ascender a la montaña, donde hay que registrarse para llevar un control de la gente que sube, también facilitan un dispositivo con GPS y de aviso, en caso de que se nos presente una emergencia. Por otro lado, la montaña tiene varios puntos con cámaras conectadas a esta área, por lo que sirve de gran ayuda para ver el tiempo que hace en la cumbre desde el inicio de la ruta.

Vistas de la montaña de Pico

Acceder hasta la cima independientemente no es gratuito, el coste es de unos 10€, pero si se hace con un guía especializado del lugar, el precio es más reducido, esta última, una opción muy recomendable proporcionando seguridad en la ruta, ya que la mayoría de veces, aunque la montaña parece estar despejada, es muy común que el tiempo cambie rápidamente, produciendo niebla o lluvia y dificultando la visibilidad del camino correcto.

En nuestro caso, pudimos conocer de cerca el espacio de “A Casa da Montanha”, donde esperando a que el tiempo mejorará para empezar la ascensión a la cima, descubrimos su pequeño auditorio en el que realizan documentales, su cómoda cafetería, o su variada tienda de suvenires.  Aunque el tiempo no mejoraba, nuestros guías junto a otro del recinto, decidimos salir a la aventura de coronar la montaña más alta de Portugal, y aunque los primeros metros apenas se podía distinguir nada por culpa de la niebla, nuestro entusiasmo crecía a medida que avanzábamos. Por desgracia el tiempo empeoró, dando paso a una intensa lluvia acompañada de viento, por lo que a poco más de media hora de nuestra salida y por seguridad, se decidió volver hasta la base de la montaña.

Con una sensación de tristeza, nuestra aventura en la isla de Pico, acabó sin poder subir hasta el lugar más alto de tierras azoreñas, pero a medida que nos alejábamos de la silueta de la montaña, la convicción de que habrá una segunda oportunidad, se hizo más presente en el grupo.

FAIAL

Café Sport

La isla de Faial fue nuestro último destino de este viaje de aventura. Está situada en la zona más septentrional del conjunto de las islas centrales de las Azores,  y su capital, Horta, es paso de navegantes que realizan rutas entre Europa y América, la colorida marina de esta población es uno de los atractivos de la ciudad, cuenta la leyenda que todo aquel marinero que deja impregnada su huella a modo de dibujo, tendrá buenos vientos hasta su destino, sea realidad o ficción, todo navegante que pasa por este puerto deja su marca en ella, convirtiendo el puerto de Faial en toda una amalgama de grafitis de todo el mundo.

Otro de los puntos de reunión de todo viajero es el , también conocido como el Café de Peter, es toda una tradición probar sus Gin Tonics, considerados por muchos como los mejores del mundo.

Nuestra ruta senderista, transcurrió por la zona central hasta llegar al punto más occidental de la isla. Ascendiendo algunas laderas y adentrándonos en frondosos bosques de laurisilva. Llegamos hasta Caldeira un enorme cráter de un volcán dormido y del cual surgió la formación de la isla, y declarada reserva natural. Aquí se encuentra la zona más alta de Faial, con unos 1,043 metros donde se ubica el mirador Cabeço Gordo, desde esta zona encontraremos vistas sobrecogedoras de buena parte de la isla. A partir de aquí el camino desciende hasta la costa, cambiando a un paisaje árido convertido en un desierto de ceniza, en el que tras la erupción submarina en 1957 del volcán con ese mismo nombre, y del que a causa de varias explosiones sísmicas de dos volcanes distintos, durando más de un año, la actividad volcánica sepultó las viviendas de varios poblados, provocando el éxodo de varios miles de personas a Europa y América.

 

Hoy en día solo queda en pie el viejo faro, construido antes de las erupciones y del todavía se conserva su estructura, se ha construido un anexo a la torre, convirtiéndolo en el Volcán Geológico Museo, un centro subterráneo de interpretación del volcán. Con la entrada al museo también se permite poder subir hasta lo alto del faro, y admirar las espectaculares vistas del lugar.

Las Azores son un destino sorprendente, ideal para disfrutar de su naturaleza y descubrir la exuberancia de sus paisajes, en definitiva, las Azores es uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida.

Texto y Fotos. Alejandra Ribas

Guía del viajero

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Información turística
Turismo azores – http://www.visitazores.com/es

Cómo llegar
Las compañías TAP PORTUGAL https://www.flytap.com/ y SATA https://www.sata.pt/ en tiene conexiones desde Madrid a Porto y Lisboa, con vuelos a Terceira diariamente y con más de un vuelo por día.

Dónde alojarse
Terceira > Hotel Terceira-Mar http://www.hotelterceiramar.com
S.Jorge > Casa do Tio João na Fajã do Santo Cristo casa.do.tio.joao@outlook.pt
Pico > Adegas do Pico – http://www.adegasdopico.com/
Faial > Azoris Faial Garden – http://www.azorishotels.com/faialgarden/hotel

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