Una visita a Pompeya

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Fotos. ENIT Agencia Nacional de Turismo 

Pompeya es uno de los destinos turísticos más conocidos de Italia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997,  visitarla es todo un viaje a través del tiempo, en el que podemos ver como vivían los antiguos romanos antes de que desaparecieran bajo las rocas incandescentes y cenizas del Vesubio.

Por esta ciudad cada año tres millones de visitantes pasean entre sus ruinas, para poder contemplar los restos de su maravillosa arquitectura y obras de artes llenas de historia.

Gracias a los arqueólogos sabemos cómo fueron los últimos momentos de la ciudad antes del fatídico momentos que entro en erupción el Vesubio. En el año 79 de nuestra era, y después de algunos temblores alertando del inminente desastre, algunos habitantes abandonaron la ciudad por miedo, poco más tarde el cráter del volcán explosionó, dando paso a una gigantesca nube de cenizas volcánicas y gases que llegaron a Pompeya y ciudades de los alrededores, ahogando y calcinando a toda la población. Hoy en día se pueden apreciar en las excavaciones algunos cuerpos fosilizados congelados en el tiempo, testigos de aquella tragedia.

Pompeya estuvo sepultada casi 17 siglos y fue descubierta en 1748, son muchos los tesoros que han salido a la luz, entre ellos algunas pinturas al fresco que sobrevivieron a la devastación del Vesubio, y que se pueden encontrar en algunas antiguas casas romanas, entre las que se encuentra la nombrada Villa de los Misterios, situada fuera de los muros de la ciudad. En su interior se hayan algunos utensilios dedicados a la elaboración del vino, también se pueden ver en una de sus estancias, hermosos y coloridos lienzos con lo que se cree que son motivos de culto al dios del vino y la fertilidad, Dionisio.

El Foro es otra de las zonas más importantes de la ciudad, donde se centraba la vida social, mercantil y política, en este lugar se ubicaban los edificios municipales y religiosos.

Es precisamente en el Foro donde se concentran algunos de los lugares más emblemáticos, como el templo de Júpiter, considerada la construcción religiosa más importante de Pompeya, actualmente se pueden contemplar los restos de las seis imponentes columnas que pertenecían a la fachada, y una pequeña reproducción de la estatua de la cabeza de Júpiter, la original se conserva en el museo arqueológico nacional de Nápoles, al igual que muchas otras esculturas y frescos originales encontrados en las excavaciones.

Otra de las zonas más concurridas en la época romana fueron los baños termales, construidas en el s.IV a.C, actualmente se pueden ver en Pompeya sus diferentes estancias, como el tepidarium donde se podía disfrutar de baños con agua templada, o el frigidarium una sala con una obertura en el techo abierto al cielo, en la que los clientes se refrescaban en aguas frías después de la sauna.

Son muchas las lujosas residencias que habitaban en Pompeya, rodeadas de una abundante opulencia reflejada en sus estatuas y frescos, decorando jardines e innumerables estancias. Esta ciudad era prospera, llena de vida comercial y de familias adineradas.

Como todas las ciudades romanas, Pompeya tenía su propio anfiteatro, actualmente es considerado como uno de los más antiguos, en él se celebraban principalmente combates de gladiadores.

Otro de los enclaves importantes que se puede visitar cerca de Pompeya, es la antigua población de Herculano descubierta diez año antes, y es una de las tantas que también padecieron bajo el Vesubio, esta ciudad antigua es también una de las mejores conservadas y junto a Pompeya fue declarada Patrimonio de la Humanidad.

Se puede combinar la visita de Herculano y Pompeya. Si se contrata un tour, hay opción de visitar las dos ciudades con guía español. Si se hace por cuenta propia hay varias alternativas para llegar a los dos yacimientos.

El promedio de tiempo para visitar Pompeya es entre tres y cinco horas, y si se decide incluir Herculano es una visita completa para toda una jornada, es recomendable hacerlo con un guía, de esta manera podremos acercarnos a la historia de estas antiguas ciudades, y tener una amplia perspectiva de ellas.

De Nápoles a Pompeya hay unos 25km con un fácil acceso por carretera, en un trayecto de unos 30 minutos. Aunque también está muy bien comunicada con transporte público, tanto con bus como tren, esta última es la opción más habitual que suelen escoger los visitantes. Desde la estación central de ferrocarriles en Nápoles ubicada en la Piazza Garibaldi, se coge el tren local de la línea Circumvesuviana hasta la estación Pompei Scavi/Villa Miesteri, muy cerca del principal acceso al yacimiento, el trayecto dura aproximadamente unos 40 minutos y el precio del billete ronda los 3 €. Si se quiere visitar la ciudad de Herculano, es la misma línea de tren que Pompeya, aunque está más cerca de Nápoles, su parada es Ercolano Scavi y el recorrido es tan solo de 20 minutos.

Para aquellos turísticas que llegan desde el aeropuerto existen autobuses que enlazan directamente hasta Pompeya. El viajero que llega con maletas tiene la posibilidad de dejar su equipaje tanto en la estación de tren, como en la entrada de las ruinas romanas.

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