Ubicado en el pequeño pueblecito de La Iglesuela del Cid, en pleno Maestrazgo turolense, el Hotel Palacio Matutano-Daudén revive el esplendor que la zona desarrolló durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
El casco antiguo de La Iglesuela del Cid fue declarado Conjunto Histórico Artístico, gracias a su excelente conservación. En el mismo, se encuentra el antiguo Palacio Matutano-Daudén, construido en el año 1773 por Sebastián Daudén. Fue declarado Monumento Nacional en 1931. El Maestrazgo, que abarca el área de Teruel limítrofe con Castellón, probablemente signifique una revelación en el viajero. La contemplación de la vasta riqueza cultural y el descubrimiento de pueblos con una enorme belleza histórica suponen un aliciente más para visitar esta desconocida zona.
El acceso al hotel Palacio Matutano-Daudén a través de un perfectamente ejecutado y conservado arco ojival, que también antecede a la Plaza Mayor y al Ayuntamiento de La Iglesuela del Cid, da idea de la majestuosidad de este establecimiento en su privilegiada ubicación. Tras atravesar un impresionante zaguán, del que sale una gran escalera imperial, se accede a las habitaciones y se inicia el descubriendo pausado de este vestigio histórico.
Las 36 habitaciones de las que dispone el hotel además del resto de las estancias comunes distribuidas en las tres alturas en su fachada principal y cuatro al jardín, dan idea de la dimensión del antiguo Palacio Matutano-Daudén. Perfecto representante del estilo palaciego del siglo XVIII en un entorno rural, el edificio es digno de admirar e invita a pasar tiempo observando sus detalles, perfectamente conservados en la actualidad. Una pausa merece los cinco frisos pintados que ocupan la estancia que actualmente es el salón comedor. En él se representan escenas cotidianas de la vida de La Iglesuela del Cid. Se pueden apreciar desde labores de recolección hasta una cacería o actividades lúdicas.
Re-inaugurado tras obras de acondicionamiento y mejora en mayo de este año, el hotel pretende convertirse en lugar de referencia del Maestrazgo turolense, demostrando que el turismo de interior tiene muchas y sorprendentes cartas aún guardadas.
Para satisfacer este último deseo, Torre de los Nublos, el restaurante ubicado en el hotel, mantiene el espíritu que guía al resto del establecimiento. Abastecido con productos principalmente recolectados en el Maestrazgo y alrededores, sus recetas priorizan en materias primas de temporada. En época de setas y trufas, Torre de los Nublos demuestra su profundo conocimiento en la elaboración de sabores con estas deliciosas viandas.
Para completar la experiencia, el hotel dispone de un extraordinario spa & wellness donde descansar el cuerpo y cuidar la mente. Un programa completo como opción perfecta para redondear el viaje.