El tramo limeño del Gran Camino Inca o Qhapaq Ñan, en la ruta del Pariacaca

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Foto. ©Beatrice Velarde

El legado de los incas, como el camino inca o Qhapaq Ñan, se compone de más de 60.000 kilómetros de caminos longitudinales y transversales a lo largo de la cordillera de los Andes en un complejo sistema vial que los incas construyeron durante el siglo XV como parte de un gran proyecto político, militar, ideológico y administrativo que se conoció como Tahuantinsuyo.

El Qhapaq Ñan ha sido comparado con los caminos romanos y considerado incluso superior. Esta vía, atravesaba Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia permitía el acceso a la información y circulación de todo lo necesario para la vida del territorio.

Perú cuenta en la actualidad con más de 10.000 kilómetros activos del Qhapaq Ñan que unen localidades donde las carreteras modernas no llegan y que son ideales para que los amantes del senderismo sientan la cultura más ancestral del país.

En la región de Lima se encuentra la mayor parte de la Ruta del Pariacaca. Se accede a ella desde la ciudad de Jauja, en Junín, y supone uno de los tramos más impresionantes del Qhapaq Ñan por su buen estado de conservación. Esta parte del camino situada entre los departamentos de Lima y Junín, era la ruta de peregrinación desde el santuario de Pachacamac hasta el lugar de adoración del apu Pariacaca.

Este singular enclave conserva la Escalerayoq que, con sus más de 1800 peldaños y casi 350 metros de altura, es un icono de la técnica incaica que articula esta zona fronteriza entre Lima y Junín. A lo largo de este tramo del Camino Inca se descubren pinturas rupestres (en la cueva de Cuchimachay), la laguna mitológica de Mullococha y decenas de apachetas. En la actualidad, la Ruta del Pariacaca sigue articulando pueblos a través del trueque.

La Ruta del Pariacaca se encuentra a una altura máxima de 4.800 metros y es ideal recorrerla entre junio y noviembre, durante la temporada más seca.

 

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