Wadi Rum… El Valle de la Luna

0

El desierto jordano Wadi Rum ha sido designado como nuevo Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El mítico desierto de Lawrence de Arabia se ha ganado este mérito al tratarse de un enclave con una mezcla única de belleza natural y cultura, tras la votación de los países en el Comité del Patrimonio Mundial del organismo internacional.

Uno de los tres criterios por los que Wadi Rum ha sido elegido como Patrimonio de la Humanidad es por ser un “fenómeno natural superlativo” y por contar con “una estética importante”. Entre sus valores naturales se incluyen formaciones desérticas creadas a través de piedras areniscas continentales. Estas formas geográficas se han formado por la influencia y la combinación de varios factores como la litología, las actividades tectónicas (incluyendo salientes, defectos y uniones) y los procesos en la superficie (entre los que se encuentran varios tipos de erosiones asociadas al clima desértico y al clima húmedo del pasado), representando millones de años de evolución del paisaje.

Conocido como Valle alto o elevado en arameo y a 1600 metros de altitud, aunque puede parecer imposible, el desierto no está nunca completamente deshabitado, entre las solitarias paredes de Wadi Rum viven unos 5.000 beduinos. Wadi Rum ha estado habitado desde la prehistoria por diversas culturas, entre las que se encuentran los nabateos, cuya impronta se puede encontrar en los petroglifos. Profundos conocedores de los secretos del desierto gracias a su largo éxodo y habiendo adquirido de los tamúdicos todo el saber relativo al comercio, fueron tomando el control de las rutas caravaneras de la península arábiga. Todo ello, unido a su buena organización social, hizo que empezara a florecer la leyenda del incipiente reino nabateo.

Hoy en día, varias tribus de beduinos que todavía mantienen su estilo de vida semi nómada, habitan el desierto. Los beduinos se caracterizan por su gran hospitalidad y acogen al visitante con alegría, invitándole a menudo a tomar un café o a comer. Un desierto que se puede dormir en campamentos montados para turistas, que se puede sentir como una noche más del siglo XXI, o del siglo XV, o del que nuestra imaginación nos deje transportar.

Arenas rojas surcadas por caravanas de dromedarios, montañas erosionadas por milenios de vientos. Territorio nabateo y uno de los lugares más amados por los árabes. Sólo en un escenario tan hermoso podía forjarse la leyenda de Lawrence de Arabia. Todo Wadi Rum es una inmensa «pizarra», donde ambas civilizaciones, tamúdica y nabatea, grabaron petroglifos rupestres de animales, personas y textos que sugieren las primeras formas del idioma árabe.

roca-tallada-lawrence-arabia

Ríos de arena entre gigantes de roca que emergen, promontorios imponentes y erosionados por miles de años por el viento y por la lluvia… Hay quien se atreve a decir, que es el desierto más bello del mundo. A su indudable belleza, se le suma la fama que le otorgó Thomas Edward Lawrence con la publicación de «Los siete pilares de la sabiduría». El legendario Lawrence de Arabia ubicó aquí su base de operaciones durante la Rebelión Árabe en la que intervino y es posible reseguir sus pasos en una caravana de camellos. Este fue también el lugar en el que se grabó la mítica película.

El área total de Wadi Rum es de 74.200 hectáreas y la propiedad se extiende aproximadamente 42 km de norte a sur y 33 km de este a oeste. Una zona tapón de 5 km de ancho envuelve la zona y oficialmente cuenta con 60.000 hectáreas. Así, Wadi Rum se erige como rasgo fundamental dentro del desierto de Hisma, que se extiende al este del Valle del Jordán y al sur de la escarpa de la meseta central de Jordania.

INFORMACION  TURISTICA
Turismo Jordania: http://www.visitjordan.com/

Texto. Pedro Balagué  /  Fotos. Alejandra Ribas descuento5-iati

Compartir.

Deja un comentario

error: