Una escapada a MONTPELLIER

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A tan solo 11km del mar Mediterráneo Montpellier es una ciudad del sur de Francia, capital de la región de Languedoc-Rosellón y del departamento Hérault, por ella circulan el río Lez, al este, y el Mosson, al oeste.

Su carácter abierto, su rico ambiente cultural y la abundancia de terrazas, restaurantes y tiendas la hacen amistosa y animada. El hecho que sea importante núcleo universitario, favorece esta disposición. Sin olvidar que Montpellier y Niza son los dos polos industriales y científicos del sur de Francia, por delante de Marsella. El hecho de que Montpellier no posea monumentos de época romana se explica por su tardía fundación. Fue creada en el siglo VIII, a 5 km de la costa, a causa de la amenaza de los ataques piratas, sólo a partir del siglo X comenzará a cobrar importancia, convirtiéndose en un centro comercial importante.

Basta con bajar del tren en su estación y caminar un par de cientos de metros hasta la Plaza de la Comedia, el corazón de esta ciudad con vocación peatonal. El Ovalo, como también llaman a esta plaza y sus alrededores conforman uno de los mayores espacios urbanos libres de coches en Europa. Sin embargo, ya caída la noche refleja claramente otra característica de Montpellier: su juventud. Los callejones peatonales se iluminan con bares y pequeños restaurantes aquí y allá, uno más personal y tentador que el otro, la ciudad tiene 250 mil habitantes, de los que 60 mil son estudiantes (en Montpellier está una de las universidades de medicina más antiguas de Europa). Según datos oficiales, cada dos vecinos de Montpellier, uno es menor de 35 años.

En nuestro paso por la ciudad francesa, es de interés la visita a algunos lugares destacados de ella:

Museo Fabre, que debe su nombre al pintor F. X. Fabre. Alberga notables obras, del Barroco hasta el Realismo y posteriores: Nicolas Poussin, Rubens, Zurbarán, Delacroix …

La Catedral de San Pedro, del siglo XIV, caracterizada sobre todo por su inusual pórtico.

La Puerta del Peyrou, de 1691 y de estilo dórico, con relieves posteriores que glorifican al rey Luis XIV de Francia.

El Jardín Botánico, fundado en 1593, y primero de Francia.

El Acueducto de San Clemente, del siglo XVII, con una longitud de 880 metros y con dos órdenes de arcos. Transcurre por el barrio de Les Arceaux y servía para llevar agua desde la fuente de San Clemente a la ciudad, que distaban 14 km. El acueducto desembocaba en un gran depósito situado cerca del Arco del Triunfo, desde donde el agua era redistribuida hacía las fuentes de la ciudad y los lavaderos públicos.

La Facultad de Medicina de Montpellier, es la más antigua en actividad del mundo. Existe en la práctica desde el siglo XII, aunque su primer marco institucional lo obtuvo en el año 1220. Hoy en día pertenece a la universidad de Montpellier, llamada l’Université Montpellier I. En su seno estudiaron personajes ilustres tales como Nostradamus, François Rabelais, Arnau de Vilanova, Ramon Llull, Guy de Chauliac o Guillaume Rondelet entre otros.

Zona universidad

Sin duda alguna y para los más amantes de la gastronomía… Montpellier no nos dejará de sorprender. En la ciudad podemos hallar muy buenos locales en los que degustar comida típica e incluso casi de todos los rincones del mundo. La gastronomía francesa se considera como una de las más refinada y elegante, caracterizada por la utilización de ingredientes de gran calidad y diversidad, junto a la producción de vinos y quesos conocidos por todo el mundo, sin olvidarnos de su repostería y dulces, otra de las grandes tentaciones de esta ciudad para los más golosos.

Texto. Pedro Balagué – Fotos. Alejandra Ribas

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