RUPIT. Un pueblo de pesebre

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Existe un lugar donde el paisaje ha encontrado el equilibrio perfecto entre la naturaleza y el hombre, donde en otros tiempos la riqueza iba ligada a la tierra. Este paraje se llama Rupit. Pueblo que respira historia por los cuatro costados y que nos permite admirar sus “rincones de pesebre”, como muchos visitantes les llaman.

A medio camino de la tierra de los volcanes en la Garrotxa y dentro de la comarca de Osona, de impresionantes acantilados y pueblos bajo el agua, se encuentra a una altitud de 845 m sobre el nivel del mar, este capricho de la naturaleza llamado Rupit. Este municipio esta formado por un conjunto de relieves abruptos, al igual que de sorprendentes bloques montañosos. Su situación es idóneo para realizar un sin fin de excursiones pudiendo visitar diversos parajes donde los saltos de agua son los principales protagonistas.

Esta villa creció alrededor del castillo de Fàbregas (actualmente solo queda una torre), la población paso por varios periodos de cambio, empezando por la peste negra o bubónica del año 1348, con la muerte aproximadamente de dos terceras partes de la población, pasando por los dos terremotos provocando la repentina despoblación del lugar, no fue hasta el S.XVII coincidiendo con la guerra de los Segadores o de Separación, cuando los franceses se establecieron en el lugar que junto con el aumento de sus habitantes, hizo que Rupit empezara a destacar entre el resto de poblaciones del valle.

Para disfrutar del ambiente de Rupit, hemos de dejar el coche en el parking de la entrada al municipio. El recorrido más corto y más divertido para entrar al pueblo en por el puente colgante, (construido en 1945 por artesanos de Rupit) esta construcción es una de las principales atracciones del lugar. Perderse por sus calles, nos permite poder sorprendernos con su arquitectura típica. Sus casas de piedra trabajada, tienen amplios balcones de madera. Muchas de estas viviendas están reproducidas en el Pueblo Español de Barcelona. La iglesia parroquial de Sant Miquel, es una edificación barroca, con elementos neoclásicos. La calle Fossar tiene una pronunciada pendiente, de suelo de piedra irregular, de arquitectura medieval y muy bien conservada, esta calle nos conduce a la parte más alta del pueblo, desde donde podremos tener una vista panorámica de él. Delante del pueblo, encima de una plataforma rocosa, se encuentra la ermita de Sant Joan de Fàbregas, se considera uno de los edificios románicos más bonitos de la comarca.

Personajes de leyenda. El bandolero Serrallonga

Uno de los bandoleros más famosos de la zona fue Serralonga, el cual estuvo muy vinculado con la villa, se le recuerda como un ladrón muy presumido donde se solía vestir en un sastre de Rupit. Después de ser perseguido durante tres meses por veinte hombres de la corte y capturado, finalmente cuando fue procesado, explico los motivos de tales robos. Fue que en un mes de Marzo del año 1622, estando labrando las tierras de su propiedad, delante de ellas vivía un vecino suyo el cual le contó que había robado unas capas… Aquel comentario hizo despertar en él la curiosidad de saber lo que producía robar los bienes ajenos.

Desde su captura Serrallonga siempre ha estado en la memoria de los habitantes del lugar, recordándolo como un personaje medio mítico, medio real. Son muchas las historias que se cuentas de este bandolero, pero la más famosa entre las gentes del valle es la que le da nombre al despeñadero del Mal sopar.. Se cuenta que Serrallonga y sus hombres fueron a robar a una masía, pero el dueño había hecho un pequeño agujero a un saco de harina que los bandoleros se habían llevado. Con el saco robado y un cochinillo, empezaron a preparar una gran cena al lado de un barranco donde se asomaba todo el valle. Cuando estos estaban apunto de comerse el manjar que habían preparado, el vigilante de turno empezó hacer voces de alarma y todos se fueron a refugiar corriendo valle a dentro. La harina que el saco había desprendido, fue marcando el camino a las tropas reales, labradores y habitantes del lugar que iban en busca de los ladrones. No consiguieron capturarlos pero pudieron cenar un manjar que solo se solía hacer en grandes fiestas. Desde entonces este torrente es conocido como el del Mal sopar (Mala cena).

Texto. Pedro Balagué – Fotos. Alejandra Ribas

CÓMO LLEGAR – Desde Barcelona por la C-17 autovía de Vic, y luego la C-153 carretera de Olot,

DÓNDE COMER – Restaurante L´Hort d’en Roca. Plaza Era Nova s/n Tel.93 8522029 Restaurante Ca L’Estragués. C/Iglesia, nº4 Tel.93 8522006 Fonda Marsal. C/Maryan, nº5 Tel.93 8522086

DÓNDE DORMIR – Fonda Marsal. C/Manya nº5 Tel.93 8522086 P** Estrella. Plaza Bisbe Font, nº1 Tel.93 8522005

OTRO DATOS – Oficina de Turismo de Rupit. 93 852 20 83

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