Se llama pintxo a una pequeña rebanada de pan sobre la que se coloca una pequeña porción de comida. Recibe dicho nombre porque tradicionalmente se sujetaba la comida al pan con un palillo (aunque esta no sea una característica obligatoria), es muy similar a una tapa.
Pintxos
Uno de los hábitos más populares entre los vascos es “ir de pintxos”. Esta costumbre vasca consiste en alternar de bar en bar, tomando un “zurito” (trago de cerveza más corto que la caña) o un “txikito” (pequeño vaso de vino) acompañado de un pintxo.
No recuerdo donde leí una vez… “En el País Vasco hay más restaurantes estrellas que mosquitos en Suecia una noche de verano”, y no es para menos. El placer del beber y comer bien es ya parte de la cultura en Euskadi.
Pintxos
En algunos bares, a cada pincho le colocan un palillo diferente, para al final, contar los palillos que tiene cada cliente y así calcular la cuenta. El uso de palillos más largos o más cortos, o de palillos con capuchones de diferentes colores se da en algunos bares, aunque no es la norma general. De hecho hay una gran variedad de pinchos que, al no haber nada que sujetar, no llevan palillo.
En la actualidad los jóvenes (y no tan jóvenes) cocineros del País Vasco se lanzan a elaborar y crear nuevos y cada vez más complejos pinchos, siempre en renovación e innovación en técnica y estética, manteniendo el producto tradicional o bien realizando pinchos parecidos a los tradicionales con nuevos productos.
Los pintxos como seña de identidad de la gastronomía vasca, en la que fusionan la cocina más tradicional con las creaciones más vanguardistas, verdaderas obras de arte en miniatura con el reconocimiento gastronómico de los más grandes chefs. Un autentico lujo para los paladares más selectos y exigentes.
Texto. Pedro Balagué – Fotos. Alejandra Ribas
